Podría vivir siguiendo un plan…
un plan imperfecto…
como un novato ilusionista, cansado,
como un barrilete
escapando de sus hilos;
cada movimiento mío,
la realidad lo transforma
en un juego sensual,
donde las reglas me seducen al azar.
Podría vivir provocando alternativas
que se abran en la penumbra,
como un acorde roto
en una sinfonía de silencios,
como la única certeza
de mi caos delirante;
el destino, travieso amante,
es un laberinto que me invita a bailar,
enderezando las curvas de mi camino fugaz.
Podría vivir siguiendo un plan,
un plan imaginario,
como rutas trazadas sobre arenas movedizas,
como sacando conejos
de sombreros que nunca pedí;
la realidad me regala un guiño sutil,
un truco mal ensayado,
rebelde, desinhibido, torcido,
demostrando su magia equivocada
en su show gratuito.
Podría vivir siguiendo con mi plan,
al ritmo de la realidad,
como cada alternativa
que sugiere un nuevo rumbo,
como un nuevo sueño
de un deseo provocador;
donde cada paso puede ser un error,
perverso, repetido, inconsciente,
quizá un luminoso descubrimiento,
que me lleve a un lugar
que nunca imaginé despierto
AUTOR: GABRIEL GUILLERMO GÓNGORA (ARGENTINA)
© DERECHOS RESERVADOS AUTOR (A)

Góngora Gabriel Guillermo. 62 años. Nacido en Rosario (SF), Argentina.
Hace 62 años nací en el 62. Hice tanto lo que quise como lo que pude. Sesenta y dos giros dio la tierra cantando mi nombre …
Festejé tantos aciertos como aprendí de los errores (Y aun sigo aprendiendo de lo que enseñé). Hace sesenta y dos vueltas al sol que busco la canción perfecta on la música de mi alma y una lluvia de recuerdos.
Padre de Agustina, Federico y Emilio. Docente universitario UNR Medicina (1984/1994), Director Diario Gaceta de los Tribunales (1985/1992) y Agente inmobiliario (1990/actualidad).
“A fines de los ’70 principios de los ’80 empecé tocando y cantando con Fito Páez, «Pájaro» Gómez, Ricardo Vilaseca, entre otros, en los actos de la escuela y algunos fines de semana en bares y bailes de la época. Participé de distintas bandas (GeVsA, Slogan, Geronte, Ayer nomás y otros), como compositor, cantante y guitarrista.
Transcurrió la vida entre mi adolescencia durante el proceso, la guerra de Malvinas, la facultad con sus altos y bajos, hasta la pandemia de estos últimos años.
Adónde estoy, en tiempo y espacio, me siento artista, poeta, músico, hombre argentino y universal. Escribo poemas con la posibilidad que se transformen en canciones… A veces lo logro, a veces lo logran! Todavía estoy para que el mundo me tenga en cuenta.
Se han publicado mis poemas en libros complicados, misceláneos, compilados en antologías de algunas editoriales. Me han honrado como finalista en varios concursos de poesía y haikus».
